«un sueño tan dañino y tan perverso como un mal amor: su no cumplimiento es causa de todas nuestras desdichas, su eventual realización es pretexto para todas las retóricas y asidero para sucesivas utopías de pacotilla»…

  Por eso es oportuno evocar, como ejemplo notable de esa capacidad de Hernando Valencia Goelkel, su comentario a El general en su laberinto, en el que destaca las calidades literarias de ese texto entrañable, pero desmonta la estructura ideológica, las tesis...