El 22 de junio de 1633, Galileo Galilei, matemático y filósofo, fue conducido desde la cárcel del Santo Oficio, donde se encontraba desde el día 20 del mismo a la gran sala del convento dominico de Santa María de la Minerva y ante la Congregación del Santo Oficio le fue leída la sentencia por la cual se prohibía la publicación del Diálogo sobre los Máximos Sistemas del Mundo y se lo condenaba virtualmente a prisión perpetua y a recitar por tres años los siete salmos penitenciales. Inmediatamente Galileo pronunció su abjuración y abandono para siempre la falsa opinión de que el sol se halla en el centro del mundo e inmóvil y que la tierra no es el centro .
Pensar la historia
El diccionario de mi abuelo el coronel tenía pintado en el lomo un Atlas corpulento con la bola del mundo sobre los hombros. ”Esto quiere decir que el diccionario tiene que cargar con el mundo entero”, me decía mi abuelo, a quien, sin duda, no se le ocurrió nunca buscar la nota sobre Atlas en el propio diccionario. De haberlo hecho, se habría dado cuenta de que ese dibujo era un error muy grave. Atlas en efecto, era uno de los titanes de la mitología griega que provocó una guerra contra los dioses, por lo cual lo condenó Zeus a sostener el firmamento sobre sus espaldas. El firmamento, por supuesto, y no el mundo, como estaba dibujado en el lomo del diccionario, porque ni el propio Zeus sabía en sus tiempos que la Tierra era redonda como una naranja.
Gabriel García Márquez