Ser director de un periódico. Y luego yacer aquí, junto al río, justo en el lugar donde desaguan las alcantarillas del pueblo y se arroja la basura, las latas vacías y se esconden los fetos.

Carlos Bueno

17 diciembre, 2024

Wedon, el director del periódico de Spoon River:

Ser capaz de ver todos los aspectos de cada asunto;
estar en todos los sitios, serlo todo, no ser nada durante un tiempo;
falsear la verdad, subirte a su grupa cuando te conviene;
manipular los grandes sentimientos y pasiones de la especie humana
con segundas intenciones, con fines astutos;
llevar, como los actores griegos, una máscara
—tu periódico de ocho páginas—, tras la que te acurrucas
para declamar por el altavoz de los grandes titulares:
«¡Éste soy yo, un gigante!».
Vivir así la vida de un ladrón furtivo,
envenenado con las palabras anónimas
de tu alma escondida.
Echar tierra, si te lo pagan, a los escándalos,
desenterrarlos a los cuatro vientos por venganza
o para vender más periódicos,
aplastando vidas y reputaciones, si hace falta;
ganar a cualquier precio, salvo el de tu propia vida;
ostentar un poder diabólico que socava todo civismo,
como un muchacho paranoico que pone un tronco en la vía
y hace descarrilar al expreso.
Ser director de un periódico, como yo lo fui.
Y luego yacer aquí, junto al río, justo en el lugar
donde desaguan las alcantarillas del pueblo
y se arroja la basura, las latas vacías
y se esconden los fetos.

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Edgar Lee Masters

Kansas, 1868 – Pennsylvania, 1950, uno de los poetas más importantes de la primera mitad del siglo XX en Estados Unidos, dejó publicados a su muerte, entre otros libros: A Book of Verses (1898), The Blood of the Prophets (1905), Althea (1907), The Trifler (1908), Songs and Sonnets (1910), Spoon River Antology (1915), Domesday Book (1920), Kit O’ Brien (1927), Across Spoon River. An Autobiography (1936) y Along Illinois (1942).

Antología de Spoon River, es la más celebrada obra de Edgar Lee Masters. Las voces de más de doscientos muertos pobladores de Spoon River conforman esta antología. Los epitafios esculpidos en sus lápidas devienen en autorretratos, testimonios, historia social de un imaginario pueblo a las márgenes del río Spoon. Sus moradores se han sentido juzgados, y a través de la voz de Edgar Lee Masters aparecen para contarnos su propia versión de la vida que les tocó vivir. El boticario, el asesino, el médico, la prostituta, el oculista, el juez, el político, la rusa, el borracho, el religioso y muchos personajes más, con sus odios, sus pasiones, triunfos, virtudes y mezquindades, se funden en una inmensa imagen de la sociedad norteamericana de principios del siglo XX.

 

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