Comite Civico. UdeA 1976. Hernando Guzman-Patricia Duque-Jairo Osorio- Carlos Bueno-Leonel Gallego.
Los periódicos nos ganaron enemigos en todos los sectores, como queda constancia en el libro Bitácora de la infamia, reconocido inesperadamente bien por la crítica nacional. En la Universidad de Antioquia publicamos con Leonel Gallego, Jairo Osorio, Rodrigo Maya, Juan José Hoyos y Hernando Guzmán Paniagua periódicos punzantes y divertidos que nos ganaron el odio por igual de los miles de grupúsculos de la cavernaria izquierda colombiana y de la otra caverna, la derecha y los conservadores de la Antioquia profunda, goda y recalcitrante. Al final, a mí solo me quedó como aliado nuestro inolvidable León Zuleta: así de parejos estábamos: estigmatizados, excluidos, separados. Compartíamos horas increíbles de tinto y cigarrillos en la cafetería, discutiendo de todo y redactando su periódico El Otro. Claro, animábamos las discusiones y ganábamos nuevos enemigos. En ese fragor, León fundamentó el primer colectivo gay de Latinoamérica, por el reconocimiento de sus derechos y desde las páginas de la revista Alternativa, fundada por la época por García Márquez, Enrique Santos Calderón, Bernardo García, María Cristina de La Torre y Antonio Caballero, entre otros, apoyamos estas y todas las defensas de las libertades públicas. El Otro fue una empresa individual de Zuleta. Él se encargaba de escribir la mayoría de los artículos ,en ocasiones utilizando seudónimos, así como de la impresión y de la distribución en imprentas independientes, universidades, bares y cafés de la ciudad. Era una publicación errática, rudimentaria y de tiraje reducido. Estaba escrita a máquina, pero era común encontrar también fragmentos a mano. Contaba con una sección de avisos clasificados en donde se ofrecían encuentros amistosos y románticos homosexuales.
Rodrigo Maya – Carlos Bueno – Jairo Osorio -Jorge Iván Correa – L.Gallego. Siglo XXI
Y comenzamos una pelea que se prolongó por años: Por el periodismo Y contra las ciencias de la comunicación y las relaciones públicas, que se concretó casi 20 años después. Todo lo cuestionábamos en su momento. Había que removerlo todo. Cambiar la programación académica, sus contenidos, los profesores y hasta nosotros mismos, los estudiantes. Ayer, como hoy también, pensamos que lo que importa es la formación de los periodistas. En el horizonte la figura de Hernando Tellez: ejercer una rigurosa vigilancia sobre un espectáculo de segundo orden: las costumbres colombianas. Escribir desde las márgenes, en las orillas de las cosas, rozándolas sin herirlas, sin profanarlas, en la más fina extremidad de los hechos. La movilidad intelectual, enemiga de sistemas, la libertad para pensar, la lúcida contradicción, la insolente heterodoxia, el antidogmatismo, la fina ironía. Todo un ideario incumplido, pero presente que evoco ahora desde estos pasillos de la U. de A. que nos hizo decir en su momento Et nemini culpa imputanda est.