…la verdadera historia, es más pudorosa y sus fechas esenciales pueden ser, durante largo tiempo, secretas.

Carlos Bueno

29 agosto, 2024

El pudor de la historia

Jorge Luis Borges

 

El 20 de septiembre de 1792, Johann Wolfgang von Goethe –que había acompañado al Duque de Weimar en un paseo militar a Paris- vio al primer ejército de Europa inexplicablemente rechazado en Valmy por unas milicias y dijo a sus desconcertados amigos: “En este lugar y día de hoy, se abre una época en la historia el mundo y podemos decir que hemos asistido a su origen”.

Desde aquel día han abundado las jornadas históricas y una de las tareas de los gobiernos –singularmente en Italia, Rusia y Alemania- ha sido fabricarlas o simularlas, con acopio de previa propaganda y de persistente publicidad. Tales jornadas, en las que se advierte el influjo de Cecil B. de Mille, tienen menos relación con la historia que con el periodismo: yo he sospechado que la historia, la verdadera historia, es más pudorosa y que sus fechas esenciales pueden ser, asimismo, durante largo tiempo, secretas. Un prosista chino ha advertido que el unicornio, en razón mismo de lo anómalo que es, ha de pasar inadvertido. Los ojos ven lo que están habituados a ver. Tácito no percibió la Crucifixión, aunque la registra su libro.

CAZA DE CITAS
Mi último suspiro

Mi último suspiro

  Plaza & Janes, 1982 - 251 páginas En España cuando yo era joven, salvo raras excepciones, no se conocían más que dos posibilidades de hacer el amor: el burdel y el matrimonio. Cuando, en 1925, llegué por primera vez a Francia, me parecía extraordinario y...

CAZA DE CITAS
…asi nacieron los signos de puntuación, esas partículas mínimas y poderosas que descubrió Aristófanes mientras trataba de medir, a través de los siglos, la respiración de Homero.

…asi nacieron los signos de puntuación, esas partículas mínimas y poderosas que descubrió Aristófanes mientras trataba de medir, a través de los siglos, la respiración de Homero.

Julio César Londoño Nota antigua. Los signos de puntuación fueron inventados por Aristófanes de Bizancio en la Biblioteca de Alejandría hacia el año 200 a. C. cuando preparaba una lectura pública de la Ilíada, el gramático leyó: “Canta oh musa la cólera del pélida...