!A defender su religión con rémingtons y machetes!
Miguel Angel Builes
Baruch de Spinoza
Ezequiel Moreno
*A defender su religión con rémingtons y machetes
*-Pecados, liberalismo y confesionario.
*-Doctrina teológica sobre el baile.
*-Minifaldas, masonería y corrupción.
*- A horcajadas contra el mundo.
*-El 29 de octubre de 1963 triunfó Lutero.
Todos los que hablan en nombre de Dios, intentan algo contra mi libertad o contra mi bolsillo.
J. Proudhon
En agosto de 1963 el obispo Miguel Angel Builes propuso al Concilio Vaticano II que condenara el uso de las minifaldas en las mujeres. Tal petición sólo suscitó algunas sonrisas incrédulas entre los reformadores de una iglesia católica que tenían en esos momentos otras preocupaciones teológicas. A su regreso al país exclamó: “El 29 de octubre de 1963 triunfó Martín Lutero. La iglesia empezó a ceder a los protestantes”.
Era el mismo protagonista que en 1966 adhirió a la candidatura presidencial del liberal y masón Carlos Lleras Restrepo, doble calificativo que sus pastorales habían condenado como pecado y sin perdón, desde su juventud en la diócesis de Santa Rosa de Osos en los finales de los años 20. Todavía en su pastoral de pascua de 1931 escribió: “Que el liberalismo ya no es pecado, se viene diciendo últimamente con grande insistencia; los prelados no sólo callan sino que han prohibido hablar del liberalismo […] y que por tanto, ser liberal ya no es malo […] Nada más erróneo, pues lo que es esencialmente malo jamás dejará de serlo, y el liberalismo es esencialmente malo”. Y aun, en la carta Pastoral del 22 de febrero de 1944: “¿Y qué decir del liberalismo, la secta colombiana hija de la revolución francesa y sentina de todos los errores y herejías? En el liberalismo caben la masonería, el racionalismo, el naturalismo, el materialismo, el teosofismo, el rosacrucismo, el rotarismo, el comunismo y para colmo de males el ateísmo”.
Había hecho su polémica aparición en la vida colombiana el 23 de abril de 1925 cuando en Ituango, Antioquia a ocho meses de comenzado su episcopado, declaró apóstatas en su primera pastoral a una pareja que contrajeron matrimonio por lo civil.
Miguel Angel Builes Gómez nació en Don Matías, Antioquia en 1888 y murió en Medellín en 1971, “con reblandecimiento mental y jugando con muñecas”, como lo recuerda el periodista Francisco Velásquez Gallego. Su ardua leyenda se extiende por 50 años del siglo XX colombiano y tiene dos fuentes: una dogmática católica exacerbada y una pasiva ignorancia y complacencia de sus contemporáneos. Y para su desgracia “los venablos arrojados contra él por los liberales no le produjeron el favor de ponerlo al borde del martirio o del destierro, como tantas veces lo anheló en sus fundamentales cartas a los fieles”, sostuvo su biógrafo, el periodista Miguel Zapata Restrepo*. Para Builes el dominio conservador se confundía con el triunfo de Dios sobre Belial. La república liberal iniciada en 1930 con Olaya Herrera y continuada luego con López Pumarejo lo tendría de actor en el primer plano de la política nacional.
Un vistazo somero a sus ejecutorias. Estableció en la diócesis de Santa Rosa de Osos, dos pecados que no podían absolver los sacerdotes. Ni siquiera los Vicarios: el cometido por mujeres que vistieran como hombres o cabalgaran a horcajadas. Y el de quienes profesaran ideas liberales o estuvieran afiliados a ese partido.
Agregó a los males de las desnudeces de las modas – esa invención diabólica para corromper al mundo- los bailes mixtos, los juegos de básquet a medio vestir, los ballets en el agua, las cintas pornográficas de cine, las revistas y periódicos deshonestos. Y a estos desafueros contra la moral adicionó el baile, “pecaminoso de suyo y sobre todo el mambo y otros inventos modernos traídos del infierno para acabar de desquiciar una sociedad ya carcomida moralmente”.
Y elaboró una Doctrina teológica sobre el baile: “Los bailes de suyo no son ilícitos, aún entre hombre y mujer, siempre que se hagan de modo honesto, esto es, evitando todo tacto, gesto o acto impúdico. B) Los bailes deshonestos por causa de la desnudez, de la manera de bailar, de las palabras, los gestos, los cantos pueden ser gravemente pecaminosos. Entre estos bailes se cuentan el vals, la mazurca, el galop, la polka, la habanera, y la chotis, etc. El peligro proviene de la unión estrecha de los cuerpos del hombre y la mujer y de la relativa soledad en que está cada pareja durante el baile, con lo que se da ocasión de una mayor libertad de conversar deshonestidades”. Como consecuencia, concluyó: Los que por su debilidad sufren grave peligro en el baile tienen obligación de abstenerse so pena de pecado mortal. B) Participar en bailes honestos por alguna necesidad, no es pecado y se pueden permitir. Pero, ¿cuáles son en la actualidad moderna esos bailes honestos a que se pueden asistir? Y si los bailes de la alta sociedad se realizan con desnudeces o provocantes, estrecheces libidinosas, movimientos lúbricos y excitaciones alcohólicas, ¿habrá algún solo baile que no sea pecado? Y esos bailes en cantinas de vereda, casi siempre a oscuras y con abundantes libaciones, ¿no serán de suyo pecado? El mambo es de suyo pecado, al paso que el porro, la rumba, la americana son malos por el gravísimo peligro de pecado que encierran, ha sido condenado bajo pecado mortal por el cardenal Guevara, arzobispo de Lima que decretó a los confesores que nieguen la absolución a las personas que han asistido o tomado parte en el baile del mambo. Hacemos nuestra esta condenación y prohibimos bajo la misma pena de pecado mortal este inmundísimo baile, el mambo”.
Ya en la década de los cincuenta, acometió contra los paseos en los que las mujeres “van y vienen solas o acompañadas de su novios o de sus amigos, de día y de noche, por pueblos, veredas y despoblados, en andanzas peligrosas”; el cine es “la peor escuela de robos, de asesinatos y deshonestidades”; los libros y novelas son “como una inundación de fango […] que anega las almas”; la radio propaga “conferencias disolventes e irrespetuosas”; que en las reuniones sociales y clubes va el gran mundo a dejar la virtud en trizas…
Una feligrés de su diócesis relata:”Yo monté en pelo. A lo mujer. Iba de falda, niñas. No podía cometer dos pecados mortales a la vez”. Febrero de 1927. “A los fieles de la diócesis: El demonio, en los antros oscuros de las logias, ha decretado la perdición de la mujer, para perder con ello el hogar y con el hogar las sociedades y los pueblos y con éstos la humanidad y ha decretado la perdición de la mujer arrebatándole el pudor, que es la luz en la gota de rocío; en las flores el color; la miel en los panales y en los manjares la sal. Corrompamos la mujer, arrebatémosle el pudor y el triunfo es nuestro. Y la mujer de hoy, obedeciendo a esta consigna del infierno, se refina día por día en el diabólico arte de desnudarse elegantemente, como definen la moda de hoy, y ya nuestras mujeres no tiñen del suavísimo carmín de la vergüenza y el pudor…La moda es una dulce tirana pero tirana, y a última hora ha dejado de ser moda femenina en las mujeres para convertirse en moda masculina y han resuelto aparecer a la faz del mundo vestidas de hombre y montadas a horcajadas con escándalo del pueblo cristiano y complacencia del infierno. Es el ápice y coronamiento de la obra de los apóstoles de la moda indecente. La naturaleza humana en su tendencia a la relajación de la moral, buscó maneras indecorosas de vestir; pero jamás llegó a soñar con implantar el uso del vestido de hombre para la mujer. Semejante invención estaba reservada a los tiempos modernos y a la nefanda acción de las logias.
Por estas razones nos sentimos movidos a censurar y reprobar tal práctica ABOMINABLE ante Dios según el lenguaje de la sagrada escritura, reservándonos a Nos personalmente la absolución de este pecado contra la moral cristiana y hasta contra el mismo mandato de la razón natural, sin que puedan hacerlo ni aún los venerables vicarios foráneos en ningún tiempo, sea que las mujeres se vistan así por liviandad o irreflexión, bien sea so pretexto de viaje en auto, a pie o a horcajadas. Vean nuestras mujeres que el demonio, valiéndose de la masonería quiere descristianizarlas para precipitarlas en el abismo de la abyección y esclavitud de las que las libró Cristo Nuestro señor mediante la redención, y sumergir así a la humanidad entera en un caos que acelere la catástrofe final”.
En 1949 decidió que los curas confesores debían además determinar el grado de liberalismo de los pecadores: “Cómo ha de presumirse que quien se llega al confesionario es católico y como tal está dispuesto a someter su entendimiento al magisterio y su voluntad a las leyes de la Iglesia, de ordinario no ha de principiarse la confesión por preguntar al penitente si es liberal… Si declara expresamente que es liberal, o esto se deduce de lo que dice en la confesión, habrá que averiguar si admite o no errores condenados por la Santa Sede. Para obtener la declaración explícita del penitente, deben hacerse las preguntas con tino y prudencia y, por lo común, después de terminada la acusación…Si el penitente se obstinara en su error mostrándose rebelde y contumaz, habrá que negarle la absolución porque es indigno de ella. Si no profesa ninguno de estos errores, téngase presentes dos cosas: la cooperación directa y el nombre de liberal. En cuanto a la cooperación, examínese lo pasado e instrúyase para lo futuro, teniéndose presentes las reglas que sobre la materia dan los teólogos”.
Cuando el confesor está seguro de que el penitente profesa algún error condenado por la iglesia, o ha cooperado gravemente en materia de liberalismo, aunque el penitente no lo diga ni se deduzca de su confesión, el sacerdote interrogará prudentemente sobre la materia, máxime si hay peligro de reincidencia. En cuanto a la protesta en el foro externo , visto el decreto del santo oficio del 5 de agosto de 1908, en el cual se dispone que los afiliados a sectas reprobadas aunque sean notorios, pueden ser absueltos con la sola retractación ante el confesor y reparando el escándalo de la mejor formas posible, y teniendo en cuenta que el exigir indebidamente una protesta puede ser perjudicial, obsérvese estas reglas: -No debe exigirse aún cuando el penitente haya tenido errores condenados por la Iglesia, si no los ha propagado públicamente.-Aún en el caso de que, como escritor o de otra manera notoria, haya propagado dichos errores, se prescindirá de la retractación en el foro externo, si el cambio de conducta o el hecho mismo de recibir en público los sacramentos, bastaren para reparar el escándalo.-cuando sea necesario exigir una protesta en el foro externo, consúltese con el ordinario. Téngase presente que esta línea de conducta es aplicable a los penitentes que profesen principios liberales reprobados, aunque lleven el nombre de otros partidos.
Antes de recibir de los auspiciadores del Frente Nacional la ofrenda para la basílica de Nuestra señora de las Misericordias en Santa Rosa de Osos, por su adhesión al candidato Lleras Restrepo, les pidió dos millones de pesos a los devotos ricos… y a los pobres a cada uno “de a cien pesos, un peso, un ternero, un cerdo, una gallina, las argollas de oro, las alhajas, aritos y piedras preciosas inútiles ya para las damas”. Lo paradójico en la vinculación de Builes a la campaña de Lleras Restrepo radicó en el hecho de que fue instado por el joven político conservador J. Emilio Valderrama. La aspiración de Builes con relación al proyecto de moderna basílica, brindó calva la oportunidad”, contó Miguel Zapata Restrepo*.
Estableció un juramento en su Pastoral del 20 de diciembre de 1945: “Para que no lleguen con el cargo de sacrificadores del cuerpo y de la sangre de Cristo los que están mancillados con la lepra del liberalismo, queremos restablecer la prescripción de que todo seminarista que venga a nuestro seminario conciliar o de misiones, ha de formular su protesta formal contra el liberalismo y contra el modernismo ante nos, poniendo sus manos sobre los santos evangelios”.
Y como ningún campo de actividades de su diócesis le era ajeno, especialmente el formativo, en su Pastoral de 1947, analizó las causas del desgreño moral en la educación: “la enseñanza sexual, prohibida por el papa; la educación mixta, los maestros de pésimas ideas y costumbres: borrachos, deshonestos y homosexuales. Las escuelas protestantes. Los bailes y saraos escandalosos. Deportes femeninos con vestidos vergonzosos en obedecimiento a los planes masónicos. Los baños públicos mixtos. Las excursiones llenas de peligros y mixtas. Ferias del libro con obras heréticas, plagadas de errores y sovietizantes y otros pésimos procedimientos que han traído para la sociedad colombiana esta espantosa inmoralidad que nos asfixia y que los ministros del altar no sabemos ya como contrarrestar”.
En su Pastoral del 13 de mayo de 1948 señaló a los culpables del 9 de abril: “El comunismo planeó y organizó los horribles desafueros pero no estuvo solo: el verdadero autor de la hecatombe es el liberalismo, vestido de comunismo que concibió y realizó el movimiento. El comunismo es demasiado reducido para que pudiera realizar solo la espantosa tragedia. En todo el suelo de Colombia se oyó un grito unánime, un viva repetido, no a la libertad, no a la democracia, sino al partido liberal, a la revolución liberal con sus correspondientes abajos y mueras a los curas, a los godos y al presidente de la república, autoridad legítima constituida por Dios”.
Y se ideó un juramento en la plaza pública el 9 de junio de 1948 con la imagen del corazón de Jesús como testigo: ¿Juráis por Dios defender como católicos, aun a costa de vuestra sangre y de vuestra vida los derechos de Dios y de su iglesia? ¿Juráis defender vuestra patria y sus cristianas instituciones? ¿Juráis defender vuestra propia vida, vuestros hogares y el honor y la virtud de vuestras esposas y de vuestras hijas? !Viva Cristo Rey! ¡Viva la religión católica! ¡Viva Colombia católica! Viva Santa Rosa católica!.. Builes, émulo de su insuperable maestro Ezequiel Moreno quien durante la Guerra de los Mil Días usó sus escritos y predicaciones para atacar al Partido Liberal y para llamar a los católicos a “defender su religión con Rémington y machetes”, prometiendo absolución automática.
Builes. Ezequiel Moreno: sotanas que manejaban el tinglado de la farsa política con pamplinas religiosas. Para ambos todo era castigo de Dios por los pecados públicos, el amancebamiento, las embriagueces, la libertad de enseñanza y la prensa. Para el obispo Builes la noche más negra de la humanidad llegó a la tierra el 29 de octubre de 1963 cuando en el Concilio “algunos padres conciliares quisimos reverenciar a la Madre de Dios y definir el culto a María, pilar de amor y de fe. Nos derrotaron por 1114 votos contra 1074. Cuarenta voluntades sepultaron en el olvido a la figura más brillante del cristianismo después de Dios. Se echó tierra al más noble afecto. Las consecuencias funestas se sentirán a través de los siglos”.
Ezequiel Moreno
Un Colofón (Por ahora)
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El 27 de julio de 1656, una sentencia de excomunión dictada contra un judío de 24 años de la comunidad portuguesa de Ámsterdam decía: “El Consejo rector le hacen saber que, conociendo las malignas opiniones y obras de Baruch de Espinoza y recibiendo cada día más noticias sobre las horribles herejías que practica y enseña y las abominables acciones que cometió y en presencia de los rabinos y con su consentimiento resolvemos que el dicho Espinoza sea sometido a la proscripción. Y por decreto de los Ángeles y palabra de los santos proscribimos, separamos, maldecimos y anatemizamos a Baruch de Espinoza con todas las maldiciones escritas en la Torá: maldito sea de día y maldito sea de noche, maldito en su reposo y maldito en su vigilia, maldito en su acercarse y maldito en su entrar; y no quiera el Señor perdonarlo, y ardan en él la ira y el celo del señor. Prevenimos que nadie puede tener con él contacto oral o escrito, ni hacerle favores, ni estar con él bajo el mismo techo, ni leer papel alguno que haya hecho o escrito”.
Y todo esto igual, ayer como hoy. Con Ezequiel Moreno o con Miguel Angel Builes. Ayer contra la figura mayor de la historia intelectual de occidente, cuya revolución filosófica anticipó la secularización, el surgimiento de la ciencia natural, la Ilustración y el estado democrático-liberal de hoy. Y que sobre todo aportó el principio filosófico fundamental de que la existencia mundana es todo lo que hay, es el único ser real y única fuente de valores éticos. Baruch de Espinoza cuyo sistema es quizás el más importante de la historia de la filosofía.
Dejemos que por ahora termine José Saramago, “Las religiones, todas ellas, sin excepción, nunca han servido para aproximar y congraciar a los hombres; que, por el contrario, han sido y siguen siendo causa de sufrimientos inenarrables, de matanzas, de monstruosas violencias físicas y espirituales que constituyen uno de los más tenebrosos capítulos de la miserable historia humana.
REFERENCIAS
* Zapata Restrepo, Miguel. La Mitra azul. Editora Beta. Medellín, 1973, 670 páginas.
* Zapata Restrepo, Miguel. El Obispo tropezó tres veces Ed. Bedout. Medellín, 1978, 588 pág