Promiscuo, mordaz, polèmico.

Cr_Admin

9 septiembre, 2019

Harold Alvarado Tenorio :

El escritor más procaz, cínico, promiscuo, insolente, desvergonzado y polémico de Colombia hoy es Harold Alvarado Tenorio. En alguna de sus muchas maromas poético-policiales discutieron con Héctor Abad FacioLince sobre la autoría de los poemas de Borges encontrados en el bolsillo del occiso el día del asesinato del gran hombre que fue Héctor Abad Gómez.

Conozco a Alvarado Tenorio desde los años del rock and rock y esas trifulcas literario-faranduleras le encantan. Nació en Guadalajara de la Victoria de Buga, hijo y nieto de carniceros. Aprendió a leer, escribir, sumar y restar sobre hojas de pizarra en la escuela de una descendiente de esclavos y más tarde en un colegio donde un matemático y geógrafo le enseñó la vastedad del mundo en un desvencijado globo terráqueo mientras le hacía leer en Oscar Wilde, Shakespeare, Jorge Isaacs o Knut Hamsuncomo lenitivo a las monsergas de los presbíteros del régimen de Gustavo Rojas Pinilla. Expulsado de todos los colegios de su pueblo por relapso a los dogmas de la iglesia católica y sus rudimentarias ideas políticas afines al presidente Mao Zedong, intentaba concluir el bachillerato en un cuchitril con nombre de barbitúrico de propiedad de una pareja de cripto comunistas, frente a la Biblioteca Luis Ángel Arango, cuando descubrió a Jorge Luis Borges, Jean Paul Sartre y Albert Camus, tres de sus fetiches de juventud.

Su prestigio inicial nació de la ardua e inútil farsa de inventarse un prólogo de Borges para un inexistente libro y ahora cuando ya ha vivido entre gitanos y judíos menesterosos y sabe de la castidad y de la hermosura, disfruta de una (¿merecida?) fama. Fue durante varios años profesor en universidades gringas. Y a pesar de todo esto, Alvarado Tenorio es uno de nuestros buenos poetas, y en un país de promesas, hace mucho tiempo que dejó de serlo. Como decía Robert Browning: “Cuando nos sentimos más seguros ocurre algo, una puesta de sol, el final de un coro de Eurípides, y otra vez estamos perdidos.”, así con muchos de los versos de Alvarado Tenorio.

Pero abordemos la farsa que lo hizo célebre. Su prólogo ficticio de Borges.

”Ese fue un acto de humor que luego se convirtió en tragedia. Unos amigos fundaron una editorial anarquista que llamaron Piraña. Se pretendía dedicada a libros de horror y de escándalo. Conocían unos poemas míos y ofrecieron publicarlos, pero requerían un prólogo de alguien reconocido que me presentara, ya que para esa época, 1971, no había publicado ni un solo poema. Yo les ofrecí a mis amigos un prólogo de Shakespeare, de Petrarca o deBorges. Nos decidimos por Borges ya que estaba haciendo una tesis sobre él. Monté un texto con frases del poeta argentino y dos o tres palabras mías. Acomodando las frases a mis poemas”. Borges diría que nunca había hecho elogio de esos poemas: “Yo no he dicho eso. Aunque pude haberlo dicho, pero no con respecto a tal poema”.

El prólogo se vendió aparte y mucho más que el libro. Por insinuación de Álvaro Bejarano le presentaron el texto a Borges en Buenos Aires y dijo:”Ese prólogo puede ser mío”. –Y, ¿Usted conoce a Harold Alvarado Tenorio? -¿Harold? Fue un rey teutón. -¿Alvarado Tenorio? -Debió viajar al sur. Al final dijo:”Debió ser como jugando. Es una parodia que debo agradecer”.Pasaron los años y en 1977 llegó Borges a Madrid y lo llamó por teléfono: “Maestro habla con Alvarado Tenorio. -¿El del prólogo? Cuando nos vimos me preguntó.- ¿Cómo lo hizo? Eso se llama un centón y recitó uno largo en latín del siglo XII”.

Sólo espero que Alvarado Tenorio revise su presente y retorne a ser el mismo cínico, procaz, promiscuo, insolente y desvergonzado que conozco. Salud poeta.

CRÍTICAS
Un asunto de libertad.

Un asunto de libertad.

Tengo una sólida convicción: estar contra las corridas de toros no puede ser una norma moral impuesta a todo el mundo. Es evidente que los taurinos no disfrutamos con la tortura; si así lo hiciéramos, pues iríamos a un matadero a gozar. No es difícil entender que...